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León, encrucijada literaria

Aventuras y desventuras de un alemán en el Camino de Santiago, a través del relato autobiográfico de Hape Kerkeling en 'Bueno, me largo'

2016-01-19

Autor: Nieves Llaca
Publicación: El País


En tono de humor, Hape Kerkeling, una especie de Buenafuente alemán, narra el día a día de sus seis semanas por el Camino de Santiago en el libro Bueno, me largo (Ed. Suma). Dicho y hecho, esta fue la frase que soltó a dos amigos suyos cuando entre junio y julio de 2001, poco después de una operación de vesícula y una pérdida parcial del oído, se lanzó a recorrer la ruta pedestre que conduce a miles de peregrinos ante la catedral de Santiago de Compostela.

Pero no fue su destino final, sino la ciudad de León la que se convirtió en protagonista de su ruta al plantearse allí, como muchos otros peregrinos tras cientos de kilómetros recorridos, la gran duda: "¿Y si abandono?". Por suerte para él y para casi cuatro millones de lectores en Alemania, Hape siguió su camino. Unos años más tarde, frente al Parador de San Marcos, el autor observa con nostalgia y satisfacción el que fue el lugar decisivo en su transcurso por el Camino de Santiago.

Campos de trigo, un alemán de mediana edad con chanclas, una mochila rojo chillón a la espalda para que "me identificasen desde el aire si me desvanecía"-bromea el autor- y cientos de kilómetros por delante eran la escena en la que Hape había decidido involucrarse. Este presentador de la televisión alemana, que preparó sus vacaciones leyendo una guía que recomienda escribir todos los días una especia de diario para no sentirse solo durante el peregrinaje, se tomó el consejo al pie de la letra.

Con su cuaderno como confidente y los compañeros casuales del camino, Hape comenzó una aventura que llegaría mucho más lejos de lo que en principio imaginó, e hizo de León la ciudad que llevaría a este humorista a convertirse en escritor por "casualidades de la vida", confiesa. Esas coincidencias, añade Hape, "ya las intuía una de las amigas que hice durante mi viaje. Una chica sueca que me aconsejaba publicar lo que estaba escribiendo, pero no fue hasta unos años después cuando el libro llegó a publicarse".

Sin embargo, las personas que ve y conoce durante el viaje, las adversidades y situaciones divertidas, así como la descripción del paisaje hacen de Bueno, me largo una guía perfecta para el peregrino. Sin pelos en la lengua, Hape observa y analiza a otros caminantes, como en el siguiente extracto: "Una pareja de estadounidenses mayores, gente acomodada a la vista, pasará la noche en la casa de la caridad. Un refugio para indigentes es un lujo en comparación con este refugio... ¡Un retrete y una ducha para treinta personas! No obstante las personas adineradas juegan aquí a pobres, y estadounidenses cincuentones y rollizos se castigan durante el día en caminatas de más de cuarenta kilómetros bajo el sol... ¿Cuán culpables deben sentirse?...".

Este alemán silencioso y observador, aficionado al vino y, como él mismo dice, "sagitario, ascendente tauro, para más información", regresa al punto de su encrucijada y comienza a recordar aquel viaje desde "el bar de la zona peatonal donde descansar de los dolores de la rodilla, hasta la catedral que le dio la fuerza para seguir hasta Santiago". A pesar de la dureza de la ruta, por la vía francesa, Hape Kerkeling volvió a repetir la experiencia, esta vez desde Portugal. Pero esa ya es otra historia que tal vez algún día acabe en los escaparates de cientos de librerías de Francia, Brasil, Alemania, Italia o Estados Unidos, entre otros, tal y como sucede actualmente con Bueno, me largo. Este best seller en Alemania llega por fin a España, "el país donde se escribió y donde todo comenzó" subraya Hape, que no puede ocultar su alegría por ello.

Lo mejor y lo peor del Camino

Para Hape, lo mejor durante el peregrinaje fueron las personas que conoció. Entre ellos, "destacan los españoles porque eran muy respetuosos con los peregrinos y muy amables y extrovertidos", asegura. Además, "buscaba un viaje también interior, y estas vacaciones me hicieron recuperar la esperanza y descubrir que la vida te puede cambiar en cualquier momento".

Pero no todo fue tan idílico, claro. "Aquellos paisajes a las fueras de las ciudades, llenas de industrias y humo" por ejemplo, indica el autor, "además de la soledad".

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